LA PRIMERA PIEDRA

N.H. Antonio Andrés Diaz Cantón nos remitió, con destino al archivo de la Hermandad, esta noticia sobre la colocación de la primera piedra del templo franciscano de San Agustín, acaecida el 22 de abril de 1930. La historia de nuestra ciudad está aquí de lleno. "La Crónica Meridional", diario que ofrece dicha reseña y que dirigía un ilustre almeriense al que hoy muy pocos conocen salvo por su céntrica presencia en el nomenclator de la ciudad, don Francisco Rueda López. La referencia a una Almería que se nos fue, con las huertas extramuros de la ciudad, como la Huerta de los Camáras, en aquel entonces zona de expansión urbana. El prelado que protagoniza esta fundación es fray Bernardo Martínez Noval, impulsor del regreso de los Franciscanos a nuestra diócesis tras su marcha como consecuencia de la Desamortización del XIX. Fray Bernardo era asturiano, natural de Siero. Su pontificado en nuestra tierra se extendió desde el 10 de diciembre de 1921 al 23 de julio de 1934. Pertenecía a la Orden de Eremitas de San Agustín (Agustinos Calzados). Ello explica que la nueva iglesia se creara bajo la advocación de un santo no perteneciente a la Orden seráfica.

Pinchando sobre el enlace podéis acceder a la biografía que don Juan López Martín escribió sobre este Prelado.

Comentarios

antonio andres diaz canton ha dicho que…
Gracias, porque además es que no hacia falta hacer mención a mi persona. Y gracias porque es de ser bien nacido el ser agradecido.
Unknown ha dicho que…
En primer lugar, un agradecimiento por este documento al estimado cofrade Antonio Andrés Díaz Cantón.
En segundo lugar, una breve reflexión al último párrado del documento, que pone de manifiesto la situación de la España pre-revolucionaria en las puertas de la mal llevada Repúblia, en relación con el anticlericalismo y persecución religiosa de la Iglesia Católica. No es que fue un acto privado, sino que, obligaban coarcitivamente, debido a la presión política, que fuese reducido al ostracismo en un acto privado.
Veremos a ver sí el proyecto de Ley de Libertad Religiosa no volvemos a la misma situación de un laicismo agresivo y beligerante.