Crónica de nuestra estación de penitencia publicada en el Diario de Almería el Viernes Santo.
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Noche de silencio y consuelo
Con su habitual corte elegante, la Cofradía de San Agustín se puso en la calle para protagonizar momentos de inigualable devoción, recogimiento y fe Emotivo paso por las Cruces
Eran las nueve de la noche cuando un murmullo de admiración y recogimiento se adueñó de los aledaños de la Parroquia de San Agustín, extendiéndose por las calles de su feligresía como presagio de la salida del impresionate misterio del Sagrado Descendimiento del Santísimo Cristo de la Redención, cuyos santo varones lucían la primera fase de restauración, que viene realizando Enrique Salvo en la ciudad de Málaga y que pronto estará completada. Recogimiento, seriedad y silencio en el discurrir de un cortejo perfectamente uniformado y cuidado al detalle para dar testimonio público de una fe que se vive en el seno de ésta hermandad durante los 365 días del año.
En el tramo de nazarenos que acompañaba al Señor de la Redención se pudo comtemplar el nuevo guión franciscano realizado por el Taller Virgen del Consuelo y elaborado sobre terciopelo marrón en hilo de oro, plata y sedas, haciendo alusión al caracter franciscano de la cofradía estrechamente vinculada a la orden.
La noche del Jueves Santo se convirtió en dulzura cuando María Santísima del Consuelo salió de su templo para cautivar el corazón de Almería con su encanto sereno y su semblante de reina, paseando su belleza incomparable bajo una delicia de palio romántico que ensalzaba su hermosura. La Virgen llamó a la plegaria callada, a la contemplación y admiración de un conjunto brillante en el que la Señora paseaba su rostro resignado convertido en el más bello de la Semana Santa de Almería.
Marchas fúnebres interpretadas por los componentes de la Banda de Música La Mezquita de Alboluduy para acompañar la pena de María Santísima que esparció consuelo por las calles de la ciudad de Almería, llevada por 35 costaleros bajo las órdenes de Manuel Vicente Barranco.
El cortejo discurrió por lugares emblemáticos como Puerta de Purchena, las calles Real, Cubo, las plazas de la Virgen del Mar o de la Catedral, donde los hermanos del Silencio realizaron estación de penitencia ante las puertas del primer templo de la diócesis, donde se encontraba el monumento con el Santísimo Sacramento del Altar.
El nuevo consiliario y director espiritual, José Juan Alarcón Ruiz, acompañó por vez primera a la franciscana Cofradía. El paso del Santísimo Cristo de la Redención en su Sagrado Descendimeinto andó con elegancia y sobriedd durante todo el recorrido. Especil fue también el andar del palio de María Stma. del Consuelo.
Después de recorrer el tramo oficial de la Semana Santa situado en el Paseo de Almería, la hermandad del Silencio regresó a su sede canónica poniedo punto y final a una hermosa noche de Jueves Santo en la que las calles de la ciudad se volvieron a llenar de redención y consuelo.
La Niña de San Agustín descansará en el interior del Templo de la Rambla de Alfareros hasta la próxima Semana Santa; hasta ese momento, seguirá escuchando las plegarias y oraciones de todos sus hijos que durante todo el año la invocan como intercesora y abogada. Ella, continuará inspirando las mentes y corazones de sus cofrades que que día a día trabajan para fomentar su devoción y glorificar su nombre.
En el tramo de nazarenos que acompañaba al Señor de la Redención se pudo comtemplar el nuevo guión franciscano realizado por el Taller Virgen del Consuelo y elaborado sobre terciopelo marrón en hilo de oro, plata y sedas, haciendo alusión al caracter franciscano de la cofradía estrechamente vinculada a la orden.
La noche del Jueves Santo se convirtió en dulzura cuando María Santísima del Consuelo salió de su templo para cautivar el corazón de Almería con su encanto sereno y su semblante de reina, paseando su belleza incomparable bajo una delicia de palio romántico que ensalzaba su hermosura. La Virgen llamó a la plegaria callada, a la contemplación y admiración de un conjunto brillante en el que la Señora paseaba su rostro resignado convertido en el más bello de la Semana Santa de Almería.
Marchas fúnebres interpretadas por los componentes de la Banda de Música La Mezquita de Alboluduy para acompañar la pena de María Santísima que esparció consuelo por las calles de la ciudad de Almería, llevada por 35 costaleros bajo las órdenes de Manuel Vicente Barranco.
El cortejo discurrió por lugares emblemáticos como Puerta de Purchena, las calles Real, Cubo, las plazas de la Virgen del Mar o de la Catedral, donde los hermanos del Silencio realizaron estación de penitencia ante las puertas del primer templo de la diócesis, donde se encontraba el monumento con el Santísimo Sacramento del Altar.
El nuevo consiliario y director espiritual, José Juan Alarcón Ruiz, acompañó por vez primera a la franciscana Cofradía. El paso del Santísimo Cristo de la Redención en su Sagrado Descendimeinto andó con elegancia y sobriedd durante todo el recorrido. Especil fue también el andar del palio de María Stma. del Consuelo.
Después de recorrer el tramo oficial de la Semana Santa situado en el Paseo de Almería, la hermandad del Silencio regresó a su sede canónica poniedo punto y final a una hermosa noche de Jueves Santo en la que las calles de la ciudad se volvieron a llenar de redención y consuelo.
La Niña de San Agustín descansará en el interior del Templo de la Rambla de Alfareros hasta la próxima Semana Santa; hasta ese momento, seguirá escuchando las plegarias y oraciones de todos sus hijos que durante todo el año la invocan como intercesora y abogada. Ella, continuará inspirando las mentes y corazones de sus cofrades que que día a día trabajan para fomentar su devoción y glorificar su nombre.
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