PABLO CORTÉS DEL PUEBLO PINTA EL CARTEL DE LOS 75 AÑOS DEL DESCENDIMIENTO



El cartel está realizado con pintura acrílica y lápiz pastel sobre tabla en bastidor. Bebe, como es habitual en mi obra, de la cartelería clásica de las primeras décadas del siglo XX. Pero aunque este tipo de carteles solían representar otro tipo de escenas, en este caso he querido ofrecer un concepto: el de que el Señor de la Redención y el misterio del Descendimiento son ya una entidad reconocible de la Semana Santa de Almería. Siempre lo fue, pero hoy, gracias a que llevan 75 años junto a nosotros, podemos decirlo con la verdad en la mano que nos pone el tiempo. 


En la escena se puede ver al misterio al completo sobre una escalinata que se podría asimilar como un monumento modernista o un altar. A sus pies, sobre los escalones se puede ver extendida la bandera de Almería queriendo representar a la ciudad a los pies de lo que es ya un icono devocional de los almerienses. Sobre la escalera también se pueden ver distintos tipos de flores, como buganvillas, claveles rojos, lirios morados o cardos. Estas especies han formado parte del exorno floral del paso del Descendimiento a lo largo de los años. Han sido también una manera de distinguirlo en el tiempo y hoy he querido que representen las distintas ofrendas de fe y devoción que los hermanos del Silencio le han hecho al Señor a lo largo de estos setenta y cinco años. Incluso está Vicentillo, el ángel que cada Jueves Santo porta una flor de las que el día anterior decoraron el paso de la Virgen del Amor y la Esperanza, de la Cofradía de los Estudiantes, pero que hoy, en lugar de ir en la peana del palio, va a las plantas de la Virgen de la Piedad. Esta es además una manera de hacer que la Virgen del Consuelo esté presente en el cartel como señal de la hermandad que existe en la corporación.


A los pies de la escalinata se presentan dos nazarenos de rodillas ante el monumento o altar. El de la izquierda viste el hábito primitivo de la cofradía y el de la derecha la actual. Representan el paso del tiempo. Pero también representan a los hermanos que han hecho posible que hoy estemos celebrando este aniversario. A los que estuvieron y a los que están. Además, presentarlos de rodillas no ha sido porque sí. Antes de ponerme a pintar, charlando con Luis, me comentó que es tradición que cada Jueves Santo, antes de dar comienzo la estación de penitencia, todos los hermanos se arrodillasen ante sus Sagrados Titulares para hacer el tradicional juramento de silencio. En esta ocasión, podríamos decir que nuestros nazarenos están haciendo un juramento de amor y fe eterna, con la intención de preservar la tradición de esta cofradía que a su vez será patrimonio histórico y artístico de Almería.


En cuanto a los colores he querido ofrecer una paleta muy corporativa con el blanco y negro como base y el rojo y el malva como combinación. El rojo para simbolizar la unión de la cofradía a la historia de la ciudad. Además me sirvió para darle forma a los años, que, como en los calendarios se marcan los días importantes, aquí se marcan en el mismo color. Y los tonos morados los he usado para darle la impronta de la luz que para mi es muy representativa de toda la provincia almeriense. Almería, durante todo el día pero especialmente al atardecer tiene un color de la tonalidad morada que supongo extraerá del color de la tierra, que, entiendo que por su riqueza en minerales, le aporta muy distintivamente. Por eso toda la obra está impregnada de una base de sombras moradas, que además me ayudaban a reforzar el gran foco de luz que quería que fuese la propia Imagen del Cristo de la Redención, como centro protagonista de todo el cuadro, y así ser la fuente que ilumina la obra como el Señor ilumina la vida. 


Y nada más. De nuevo muchísimas gracias a todos por su asistencia y gracias de todo corazón a la Hermandad del Silencio por confiar en mi trabajo y darme el privilegio de pintar para la ciudad que me vio crecer y siempre sentiré como mi hogar. 




Comentarios